Capítulo 7: Amapolas.

Bueeno gente, espero que os haya gustado el cap 6 ¡¡¡¡porque ahora viene el 7!!!! Wuajajaja xdd.   Pues eso, disfrutadlo, por cierto, aqui os dejo otra foto (no real):

Me despierto en mi nuevo cuarto, en la nueva casa, ya casi es de día, está amaneciendo. Me levanto y me asomo a la ventana, desde ahí veo la calle donde algunas farolas siguen encendidas. Ayer hicimos la mudanza, así que hoy es mi primer día en esta casa. 

Bajo las escaleras y me doy cuenta de que soy la única de esta casa que está despierta, así que me preparo un café, me pongo un jersey y me siento en la mecedora que hay en la terraza. En aquella mecedora se sentaba mi abuela cuando vivía con nosotros, se levantaba la primera y se sentaba en el salón a tejer. Nos hacia unos vestidos preciosos a mi hermana y a mi. Me bebo el café sorbito a sorbito, ya que está tan calentito y fuera hace fresquito que no quiero que se acabe. Cuando me lo acabo, lo coloco en la mesilla que tengo al lado y sin darme cuenta, me quedo dormida.

Me despierto tras una o dos horas de haberme quedado dormida y descubro que tengo algo sobre mis manos, en mi regazo. Es una amapola, mi flor favorita desde que era pequeña, ¿quien mientras dormía vino sigilosamente y me la puso en mi regazo? No lo sé, tendré que investigarlo, mientras pienso en quien podría ser, me vuelvo a quedar dormida.

Ya me despierto cuando mi madre me dice que entre a dentro por que hace mucho frio. Ya dentro, coloco la amapola en un pequeño jarrón en mi cuarto, todavía no se quien me la trajo mientras dormía, es todo un misterio.

Me arreglo y me pongo unos pantalones y el jersey, porque todavía hace frio, aunque hoy es el primer día que dormimos en la nueva casa, ya ha pasado algunos días desde que mi padre le pidió permiso al alcalde para construir el establo, se dijo que si, así que mi padre está construyendo el establo. Mientras lo construye, los caballos están en el antiguo, asi que me dirijo a allí. Cuando llego, es como si me hubieran leído el pensamiento porque parece que sabían que iría allí, por que me voy encontrando un rastro de pétalos de amapolas, pero no colocados de forma natural, sino que están en línea. Al llegar a la cuadra de Chestnut descubro que hay una nota doblada por la mitad en la que pone:

“En las amapolas está la respuesta”

Dentro de la nota hay un pétalo de amapola plisado en un libro. ¿La respuesta de que? ¿De que quien es? Tengo que seguir investigando quien es aquel que me manda mis flores preferidas. Cojo a Chestnut y nos vamos a dar una vuelta por la pradera, cabalgando, sintiendo como el aire choca suavemente contra mi cara, como cierro los ojos y me dejo llevar por el rítmico golpeteo de los cascos contra el suelo. Nos quedamos un rato en la pradera, él se queda pastando atado a un árbol mientras yo me recuesto sobre la hierba mezclada con margaritas, dientes de león y amapolas, observando las nubes que pasan sobre el cielo azul intenso.

Cuando ya son la una o así, me vuelvo para casa pasando por la plaza donde encuentro a Bridgett y su madre, esta le dice a su madre si se puede quedar conmigo y luego nos vamos juntas para casa. Nos sentamos en un banco y le cuento todo lo ocurrido, lo de la amapola mientras dormía, los pétalos, la nota… ella dice que no se lo contará a nadie y dice que tampoco sabe quien es.

Es entonces cuando alguien me llama.